LA IMPORTANCIA DE SER VITORIOSO




Cuando percibo que todo va bien, a veces me viene un sentimiento incómodo de que puedo estar haciendo algo mal, también recuerdo cuánta envidia despierta en los falsos amigos, en cómo el mundo está mal y siento esa incomodidad.

Pero luego reflexione mejor, contemplo la Conciencia Divina que hay en mí y la verdad sobre esta situación viene a la superficie.

En verdad, pasamos años siendo adoctrinados a tener vergüenza de ser feliz, de ser fuertes y vencedores, en el fondo las creencias mundanas nos echaron toda la vida en el ascetismo y para ser fracasados, con sus enseñanzas desérticas de humildad forzada.

Pero nosotros, hombres nobles, honrados por nuestra Conciencia, no debemos oír este lavado de cerebro inútil que sufrimos durante toda nuestra vida.

Nosotros nacimos para ser felices, para ser honrados y vencedores a nuestra manera. No debemos oír las doctrinas demoníacas que generaron todo ese mundo caótico sumido en tristeza, pobreza y decepciones.



No tenemos nada que avergonzarnos, si todo lo que tenemos es fruto de nuestros trabajos honestos y de la manifestación de la prosperidad de nuestro Dios.

Dejamos las enseñanzas inútiles con quienes se cree que es un inútil, un hombre noble vive para vencer, hacer cosas extraordinarias aunque esto no sea a menudo perceptible para la mayoría.

Lógico que el hombre noble tampoco cultiva el apego o la ambición sin sentido, ni se considera superior a nadie basado en riquezas, victorias o espiritualidad.

El hombre noble apenas vive su vida y comparte su vida, él no tiene nada con lo que se avergüenza, él está preparado para vencer, pero también sabe perder y desapegar cuando sea necesario.

El hombre noble no cultiva la codicia o el deseo por riquezas sin que eso tenga un propósito, un sentido, una aspiración mayor dentro de su camino espiritual y para el bien de todos los seres.

Pero tampoco cultiva la humildad forzada, la falsa humildad de los que se hallan iluminados por ser fracasados, en el fondo eso también es una pura vanidad y deseo de jactarse.



Entonces, queridos nobles, no se avergüenzan de ser victoriosos y vencedores, nuestra Conciencia no nos ha llamado para ser débiles, mediocres, sino para evolucionar día a día y alcanzar el nivel de nobleza de que ya se ha plantado en nuestras almas desde el principio.

Es nuestro derecho y deber natural ser felices y bendecidos y no tenemos nada que avergonzarnos nunca, si siempre caminamos en el camino de la nobleza y de la rectitud.

Aisi ~



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